jueves, 28 de abril de 2011

Capítulo 15. Yo no te dejaría por un rubio, alto de ojos azules.

-¡Ni lo sueñes!- me negué de inmediato en cuanto vi la distancia que había desde la roca hasta la superficie de agua. Me giré para volver a la toalla pero Danny me agarró por la cintura y me impidió que siguiera avanzando
Habíamos viajado hasta la costa y habíamos llegado a una cala rocosa donde el mar, que estaba relajado después de una noche de tormenta, entraba en la tierra. Había pequeños charcos producidos por la subida de la marea y la posterior retirada del mar. Algunos chicos saltaban de una gran roca que estaba preparada para caer a un lugar seguro en el mar. Para llegar hasta allí había que nadar en diagonal y llegar hasta una escalera, parecidas a las que se ponen para salir de las piscinas, que llevaban hasta las rocas por las que subías hasta la roca desde donde la gente se tiraba.
Estaban locos si se pensaban que iba a tirarme desde allí, muy locos. No estaba dispuesta a cruzar a nado el agua para llegar allí y después tener que subir hasta la roca y saltar hasta el agua.
-Por favor- me pidió Danny con voz suplicante- Te juro que si no te gusta te traigo de inmediato a aquí- me prometió. Lo pensé durante unos segundos, no podía decir que no a sus ojos azules felices y su sonrisa que me deslumbraba.
-Me traes aquí sin rechistar- le pedí. Él asintió con l cabeza y me cogió fuerte de la mano.
Corrimos hasta la orilla y nos metimos en el agua. Harry nos acercó las gafas para bucear y poder mirar por debajo del agua, las limpiamos antes de ponérnoslas y nos metimos en el agua. Buceamos con la cabeza gacha observando el paisaje marino. En cuanto comenzamos a nadar las rocas comenzaron a sumergirse en el agua hasta que empezaron a formar una gran oscuridad bajo nosotros. Observé cómo algunos peces de colores nadaban a su antojo cambiando constantemente la dirección.
Al principio ver aquel abismo que nos separaba de las rocas y la profunda oscuridad que había bajo nosotros me agobió y comencé a respirar más deprisa de lo normal, por lo que necesitaba sacar la cabeza a menudo para poder coger aire.
-¿Estás bien?- preguntó preocupado Harry. No lo estaba, sentía como si algas o algo así se aferraran a mis piernas y en cualquier momento esperaba que me llevaran hacia abajo.
-No…- confesé jadeando.
-Ven- dijo señalando su espalda- yo te llevo.
Dudosa me coloqué detrás de él y pasé los brazos por encima de sus hombros y enlace mis manos sobre su cuello. Él comenzó a nadar con facilidad y yo le ayudaba de vez en cuando moviendo los brazos y durante todo el trayecto movía las piernas. Me sentía más segura sabiendo que él estaba por debajo de mí y que no podía ahogarme o algo así.
Fui la primera en subir por las escaleras, Harry me siguió y después fue subiendo el resto. Blake y Harry saltaron sin pensárselo mientras nosotros veíamos como sus cuerpos caían hacia el mar, sonó su caída y después de unos segundos vimos como salían a la superficie, chapoteaban y comenzaban a nadar hasta la superficie.
Todos comenzaron a saltar uno a uno sin aparente miedo, caían, gritaban y después salían del agua… pero yo no me atrevía, pero no era la única, Dougie miraba a mi lado lo mismo que yo y aguantaba sin decir ni una palabra.
-Venga, ¿saltamos?- le pregunté en un arrebato de valentía.
-Claro…- dijo dudoso.
Nos acercamos despacio al borde de la roca y miramos hacia abajo. Había mucha altura y no estaba segura de que pudiera conseguirlo. Pero no tuve nada de tiempo para pensar, Danny corrió por detrás de mí, me cogió de la mano y dándose impulso por los dos saltó y yo fui detrás. Grité todo lo que pude, sentí como la adrenalina se adueñaba de mi cuerpo, caímos al agua y después de subir a la superficie Danny me rodeó por la cintura y me acercó a las rocas donde las olas impactaban.
Él nos movía mientras que yo le retiraba las gotas de agua que le caían por la cara, era una tonta escusa para mirare fijamente, estaba con la mirada clavada en las rocas a las que quería llegar, la boca ligeramente abierta con una discreta sonrisa y su cuerpo en contacto con el mío. Llevábamos juntos casi una semana y seguía sintiendo esas corrientes eléctricas en mi interior cuando sentía el contacto de su piel.
Cuando llegamos a las rocas mi apoyé contra ellas mientras Danny me besaba con fuerza y pasión. Sentía sus manos por mi cuerpo y era imposible pensar en todo lo que nos rodeaba. La gente seguía saltando de la roca y subía por las escaleras y volvía de nuevo al agua mientras nosotros nos besábamos sin descanso.
-Danny…- interrumpí- ¿Qué ocurre?- pregunté nerviosa.
-Nada… solo quería decirte que…- dijo con la voz entre cortada- que me alegro haberte conocido- una pequeña sonrisa iluminó mi rostro y escuché con atención lo que tenía que decir- y este viaje no hubiera sido lo mismo sin ti…
-¿A qué viene esto?- volví a preguntar algo extrañada.
-¡A nada!- exclamó Danny- pero quiero que te quedes con esto- empezó a quitarse una medalla que llevaba colgada en el cuello. Era una pequeña placa circular de color plata que llevaba su nombre y fecha de nacimiento en la parte posterior y en la anterior sólo había líneas que no formaban ninguna forma.
-Danny…
-No digas que no lo puedes aceptar- se adelantó- verás… creo que… me he enamorado de ti…- lo dijo con tanta naturalidad que ni siquiera me di cuenta, lo pensé poco después y todo mi cuerpo se removió.
-Danny yo siempre te he querido, pero en este viaje…- reconocí con absoluta sinceridad- creo que te he conocido y eres la persona con la que quiero perder mi tiempo.
Sonrió con todas sus fuerzas y me volvió a besar. Después, con su ayuda, me puse la medalla en el cuello y la miré aunque no podía ver demasiado en mi perspectiva, sonreí y volví a mirarle. Sus ojos azules estaban clavados en mi rostro y sonreía lo máximo que podía. En ese momento recordé el momento en el que le vi aparecer en el escenario de Wembley, la primera vez que fui a verles a un concierto, a un lado estaba Ayleen y al otro estaba mi hermana. Recordaba con añoranza aquel momento en el que le sentí más cerca que nunca aunque en realidad estaba lejos. Había recordado ese día durante toda mi vida y ahora le tenía, era mío, en el mejor sentido.
-Te quiero- le dije.
-Yo también- contestó.
El día no fue igual desde aquellas confesiones, estaba más animada y salté varias veces de la roca sin importarme lo que hubiera debajo. Después entramos con algunos chicos que habíamos conocido en una cueva que tenía una pequeña salida al mar. Caminamos por esa cueva con el mayor cuidado y Blake me cogía de la mano para evitar caernos. Ella hablaba animadamente con un chico rubio, de ojos azules y alto que la prestaba toda la atención del mundo. Cuando volvimos a las toallas, me descuidé unos segundos y en cuanto me giré lo primero que vi fue a Blake besándose con el chico, que se llamaba Andy. Miré de inmediato a Dougie, que también miraba alucinado la escena pero con cierta tristeza. Me pregunté si alguna vez hubiera podido ocurrir algo entre ellos dos y rápido me respondí a mi misma con un sí contundente cuando Dougie, aparentemente dolido se giró y comenzó a caminar hacia una pequeña caseta donde se encontraban los baños.
Discretamente le seguí y le encontré sentado en una roca, escondido detrás de algunos árboles y jugando con un palito mientras miraba hacia el mar. En silencio me acerqué a él y me senté a su lado.
-¿Te ocurre algo?- le pregunté para romper el hielo.
-No- mintió claramente- bueno… un poco…
-Lo he visto- le dije para tranquilizarle pero él no entendía-  Sólo lo hace para llamar tu atención- le dije sin estar demasiado segura.
-¿Eso crees?- preguntó con un tono de voz más alegre.
-¡Claro!- aseguré- yo no te dejaría por un rubio, alto de ojos azules- bromeé. Él sonrió algo más tranquilo y comenzó a hablar de Blake.

1 comentario:

  1. Dios danny como puedes ser taaaaaaaan monoso!!!!
    porrrfavor!jo, me a gustado mucho haahaa que romantocouuuu!
    me a dado penita doug! blake, eres tonta, ni para dar celos.. jaajaj no hace falta, ya lo tienes!
    bueno pues eso, que cap genial:)!!!

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