miércoles, 20 de abril de 2011

Capítulo 12. Visita inesperada.

Cuando abrí los ojos al día siguiente lo primero que sentí fue la luz cegadora de los primeros rayos de sol. Cerré de nuevo los ojos y tanteé con la mano el lugar donde estaba a la vez que recordaba. Estaba tumbada contra la arena de la playa, con la cabeza apoyada sobre el pecho de Danny, que todavía dormía.
Levanté la cabeza mientras abría los ojos. Todos estaban tirados en el suelo durmiendo. El sol comenzaba a salir por el horizonte y bañaba al mar con sus primeros rayos. Me froté los ojos con las manos y volví a reposar la cabeza contra el pecho de Danny, pasé el brazo por su cintura y le abracé con fuerza y volví a cerrar los ojos.
-¿Estás despierta?- preguntó Dougie que se había acercado sigilosamente.
-Sí- susurré.
Me levanté despacio quitando el brazo de Danny que rodeaba mis hombros y me acerqué con Dougie hacia la orilla de la playa. Las primeras olas bañaron nuestros pies y sentí el frescor necesario para empezar a olvidar el intenso dolor que sentía por culpa de aquellos zapatos. Comenzamos a caminar despacio por la orilla.
-Me alegro mucho por vosotros- dijo de repente.
-Gracias- contesté sonrojándome. No había hablado sobre lo que estaba ocurriendo con Danny a excepción de Blake, era muy extraño.
-Lo sabíamos desde el principio.
-¿De verdad?- pregunté asombrada.
-Sí, no sé… lo lleváis escrito en la frente- dijo bromeando. Se rio cuando me llevé la mano a la frente.
-Valla… me lo podríais haber dicho antes…- bromeé. En ese momento deseaba haber estado más tiempo con él, sentía como si hubiera llegado tarde.
-¿Es que no te das cuenta?- preguntó. Le miré con cara extrañada- Tenéis la misma risa, os reís de las mismas gracias, os miráis a escondidas… no sé, son cosas que se ven a simple vista.
Dougie se apartó de mi lado corriendo y no entendía por qué lo había hecho, pero antes de que pudiera preguntar unas manos me abrazaron por la cintura y otras me cogieron de los pies. Danny y Harry comenzaron a correr hacia el interior del agua conmigo en brazos. Grité para intentar evitarlo pero cuando ellos creyeron conveniente hicieron que cayera al agua y después se lanzaron ellos. El agua del mar estaba realmente fría y se congelaron todos los músculos del cuerpo por no decir que me habían metido con el vestido de Blake y que, lógicamente, se había empapado.
Chapoteé en el agua mientras veía como el resto entraban en el agua con la ropa puesta. Sentía como mi boca sabía a sal por culpa de las gotas de agua que había tragado sin querer, además el vestido se empezaba a ceñir cada vez más a mi cuerpo de tal forma que las costuras comenzaban a hacerme daño.
Cuando no fui capaz de aguantar más diseñamos un nuevo traje. Blake me dejó el vestido como una simple falda, doblando y poniendo sobre esta la parte superior y Danny me prestó su camiseta.
Danny llamaba la atención de todas las chicas, las de mis amigas y las que nos encontramos caminado por el paseo marítimo hacia el coche. No podía decir que me molestara que no llevara camiseta porque era culpa mía, claro, pero tenía el mido de que apareciera alguna mejor que yo. Me callé mi miedo y continué caminando de su mano.
Aquel día todos dormimos como bebés hasta la hora de cenar. Me desperté cuando el sol ya comenzaba a desaparecer, ocultándose entre las montañas. Me duché rápidamente para dejar que Blake también se duchara y fui a la habitación de Danny, que compartía con Dougie, para devolverle su camiseta que estaba arrugada y con olor a mar. Entré en la habitación después de que Tom abriera, estaba vacía y se escuchaba el agua cayendo en la ducha.
-Espérale, le quedará poco para salir- dijo Tom antes de salir de la habitación y cerraba la puerta tras él.
Me tumbé en una de las camas sin saber de quién era. Danny tardó unos minutos en salir de la ducha y después tardó algunos minutos más en vestirse y salió del baño. Se sorprendió de verme, pero tiró la toalla que llevaba en la mano y se tiró encima de mí aplastándome. Nos tumbamos en la cama y mientras él pasaba los dedos por mi cabello yo hacía dibujos con la yema de mis dedos en su piel.
-¿Es necesario que bajemos a cenar?- le pregunté apenada.
-No… nos quedamos aquí- coincidió- tú y yo.
Me besó con fuerza mientras yo pensaba en lo bonito que había quedado aquel tú y yo. Mantuvo sus labios pegados a los míos durante mucho tiempo, no sabía cuánto tiempo estaba pasando pero me sentía tan bien en sus brazos y besándole que el resto no me importaba. Él preguntaba cosas sobre mi vida y yo intentaba responder lo más sincera que podía.
-¿Cuántos novios has tenido?- preguntó de repente.
-Dos. Uno era un idiota y el otro… también- los dos nos reímos- Tuve un novio que también se llamaba Danny, fue el segundo, pero no era como tu…
-¿Yo no soy tu novio?- volvió a preguntar.
-¿Eres mi novio?- el corazón volvía a latirme muy fuerte, estaba expectante por la respuesta.
-Me gustaría serlo- contestó dándome un pequeño beso.
-Entonces lo eres- determiné sonriente.
“¡Tengo que llamar a Ayleen y contárselo” pensé de inmediato después de entender todo lo que estaba ocurriendo. Me hubiera quedado allí tirada toda la vida, mirándole a esos ojos azules que me volvían tan loca.
Nos besamos millones de veces mientras el aire del exterior entraba en el cuarto. La lluvia llegó y poco a poco fue cayendo más y más agua. Resultaba relajante escuchar el sonido de la lluvia mientras empezaba a llegar el olor a tierra mojada que tanto me gustaba.
-Tengo una sorpresa para ti.- me dijo con voz misteriosa.
-¿Qué es?- pregunté sabiendo que como buena sorpresa hasta que no llegara el momento.
-Mañana lo averiguaréis.
-¿Averiguaréis?- repetí.
-Sí, es una sorpresa para todas- dijo- Pero me ha dicho Tom que a ti te hará mucha más ilusión.
-Si supiera lo que es…- intenté convencerle con voz de pena.
Me besó en los labios para hacerme callar y el tema no volvió a salir aunque yo deseaba saber qué se traían entre manos y pensaba en ello de vez en cuando.
El resto volvió después de cenar y todos se metieron en la habitación. Nos sentamos sobre las camas y en el suelo y pusimos el canal musical en la televisión aunque no le hicimos demasiado caso. Jugamos a las cartas, hablamos sobre tonterías y dormimos allí todos juntos, colocándonos como piezas de un puzle.

-¡Courtney!- grité cuando la vi aparecer por la puerta del hotel. Llevaba sus gafas negras de sol y el pelo rubio totalmente liso. Tiraba de una gran maleta rosa la cual dejó de pie sobre el suelo y corrió hacia mí. Me abrazó con fuerza y yo sentí de nuevo su calor y ese olor familiar.
Así que aquella era la sorpresa. Unas cuantas chicas más acompañaban a Courtney y adiviné que serían familiares o amigas del resto de las chicas pero en ese momento sólo tenía ojos para mi hermana y tenía tantas cosas que contarla que no podía perder ni un solo segundo. La cogí de la mano y la arrastré hasta llegar a los chicos que miraban ilusionados como nos reencontrábamos con las personas que más queríamos.
-Tom- dije dirigiéndome a él- tengo que presentarte a mi hermana, Courtney.- A ella le brillaban los ojos de felicidad y lucía una espléndida sonrisa que no podía disimular. Tom la abrazó y mi hermana soltó mi mano para hacer lo mismo. Danny se acercó y me rodeó por los hombros mientras esperábamos a que Courtney y Tom se dejaran de abrazar.
-Courtney- la dije mientras mis mejillas se sonrojaban- Danny y yo…
-Hola, soy Danny- me interrumpió- y Brook es mi novia.
Genial, lo acababa de decir, y sonaba tan bien que no me lo podía creer. “Brook es mi novia” sonaba como eco en mi cabeza. Sonreí felizmente y Courtney me dirigió una mirada de confianza mientras estrechaba la mano a Danny. Teníamos muchas cosas que contarnos y no podía esperar.

1 comentario:

  1. me ha gustadooo mucho mucho
    pf danny es monísimo. Courtnet se a tenído que quedar flipadísima cuando le ha dicho " y Brook es mi novia", que monosidad, que pasara.. dios no puedo esperar a que subas ootro! amo tu fic

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