viernes, 15 de abril de 2011

Capítulo 9. Con esa cara de idiota feliz.

No, aquella tarde no vimos la matanza de Texas, la niña del exorcista ni películas del estilo, hicimos algo que valía mucho  más la pena. En primer lugar nos llevaron a la sala de actos del hotel, que era una gran sala oscura en la primera planta, alejada de las habitaciones, con unas cuantas filas de butacas y un escenario al fondo. Los focos alumbraban a Danny, Dougie y Harry que estaban en el suelo esperando. Tom nos guió hasta la primera fila de butacas y nos sentamos.
- Esperamos que os guste- dijo Danny acercándose al micrófono.
La canción comenzó a sonar.  Blake fue la primera en levantarse cuando escuchó empezar All about you, me cogió de la mano y comenzamos a bailar. El resto nos imitó, incluídos Danny y Dougie, que estaban sentados con nosotras escuchando el acústico. Bailamos unos con otros hasta que terminó la canción. Estaba bailando con Doguie, abrazándole por los hombros, cuando la canción acabó. Nos separamos y aplaudimos. Ellos dos subieron al escenario y siguieron con aquel pequeño y personal concierto. Sonaron unas cuantas canciones más, después de All about you, siguió too close for comfort, the heart never lies, Danny cantó solo Not alone y para acabar 5 colours in her hair.
Cuando terminaron de tocar esta última canción bajaron del escenario y nos abrazaron una a una. Danny me raptó entre sus brazos, de nuevo estaba allí, con él, ni en sueños me hubiera imaginado que alguna vez sucedería. Por supuesto mi corazón latía lo más fuerte que podía y sentía que se podía salir de mi pecho en cualquier momento. Me besó en la cabeza y nos separamos.
La tarde había pasado rápidamente y cuando nos quisimos dar cuenta ya era la hora de ir a la ducha. Habíamos pasado un gran rato sentados sobre el escenario después de aquel pequeño concierto. Danny me enseñó tocar un poco la guitarra, pero al no tener ni remota idea, mi aprendizaje no avanzó demasiado y Danny se rió de mi todo lo que pudo.
- Eres muy penosa- dijo y soltó una fuerte carcajada.
- ¡Eso, tu ríete!- me quejé de broma.
Como era de suponer no aprendí nada pero cuando estaba en la ducha, empapándome el pelo con el agua ardiendo me acordaba y reía sin parar, sin que me importara que Blake pudiera pensar que estaba loca. Sentía una tanta  felicidad en mi interior que no me cabía dentro.
Por la noche ya no llovía aunque fuera hacía frío, lo suficiente para cenar dentro del restaurante. Después de la cena y recubiertos de chaquetas cálidas o chubasqueros, salimos al exterior para despejarnos. Fuera el aire recubría cada rincón y hacía que la noche fuera fría y la lluvia, que ya no estaba presente, había dejado todo el césped embarrado.
Caminamos charlando tranquilamente por el camino de piedra que llevaba desde la salida del hotel hasta la entrada al bosque. El camino, que se estrechaba ligeramente, entraba por el bosque y se perdía entre rocas y suelo embarrado. Era casi imposible caminar por allí sin acabar con las zapatillas completamente marrones, por suerte aquella noche me había puesto las botas de lluvia, negras con puntos amarillos que podían mancharse.
Nos adentramos en la oscuridad intentando no resbalar y caer al suelo cuando de repente una rama crujió muy cerca de nosotros, el sonido fue casi imperceptible pero todos lo escuchamos y lo ignoramos. Seguimos caminando y escuchamos como una rama mucho más grande caía a un pequeño riachuelo. Todo el mundo, y me inclúyo en el grupo, chillamos asustados, todos corrieron en dirección opuesta y me vi obligada a hacer lo mismo, alguien me empujó y caí al suelo de rodillas, apoyé las manos y las metí dentro de un charco de barro.
- ¡No puede ser!- me lamenté.
Me restregué una mano contra la otra pero el barro no desaparecía. El corazón me latía muy fuerte y me dolían las piernas que estaban preparadas para salir corriendo. Alguien se arrodilló a mi lado. Danny tenía las rodillas en el borde del charco de barro y me cogió de las muñecas para quitarme el barro.
- ¡Menuda caída!- se burló. Solté una risa nerviosa y le miré con intensidad. A pesar de la poca luz, estaba lo suficientemente cerca como para ver sus ojos que revisaban mis manos.- ¿Te duele?- preguntó señalando una pequeña herida en la palma de la mano, al parecer también me había golpeado con una piedra o algo parecido.
- No- contesté- estoy... bien- estaba asustada pero no me dolía nada, excepto los múslos que seguían preparados para huir.
- Espera que te limpio- dijo. Sacó un pañuelo del bolsillo de su abrigo y lo restregó contra mis manos para quitar el barro. Las palmas seguían algo marrones pero el barro se había quitado.
Me ayudó a levantarme y me sacudí las rodillas. Él comenzó a caminar y yo le seguí pero nada más comenzar a andar di un pequeño traspié que casi me lleva al suelo de nuevo, él me sujetó de un brazo y me acerqué a él sin querer. Allí estaba él de pie con sus ojos enfocados hacia mí. Puso con suavidad sus manos, que estaban congeladas, sobre mi cuello, protegido por un pañuelo, y subió levemente mi cabeza. Me besó con delicadeza en los labios. Apretó sus fríos labios contra los míos mientras cerraba sus ojos. Yo hice lo mismo mientras pasaba mis manos por detrás de su cuello y enlazaba los dedos. Me besó durante unos minutos, que pasaron demasiado deprisa y después cogió mi mano y caminamos agarrados hasta que llegamos a la salida del bosque.
En la puerta del hotel nos esperaban impacientes. Para ese momento ya nos habíamos soltado pero estaba segura de que  mis mejillas seguían completamente rojas y mis ojos brillaban por la felicidad. Por supuesto nadie se dio cuenta de que algo extraño había ocurrido y, como cada noche, después de despedirnos nos fuimos cada uno a la cama. No esperaba ningún acto especial por parte de Danny, pero mientras besaba en la mejilla a Tom le miré y él esbozó una sonrisa dulce que sólo yo podía entender.
Entré en la habitación triunfante y claramente feliz, pero dentro Blake me esperaba sentada sobre la cama, con las piernas cruzadas y los brazos sobre el pecho.
- Me lo vas a contar todo- me ordenó.
- Vale, pero dame un segundo- la pedí. Prentendía cambiarme, pues llevaba los pantalones con barro y las manos posiblemente con mi les de bacterias, pero ella no estaba dispuesta a darme unos minutos.
- ¿Cómo fue?- preguntó. Se había levantado y me tenía agarrada por los brazos y sonriendo de una manera aterradora.
- ¿Perfecto?- me aventuré a decir. No sabía cómo describirlo.- Ha sido… realmente genial, todavía no me lo creo… ¡Espera! ¿Tú cómo lo sabes?
-¿Con esa cara de idiota feliz que traes?- se rio de su propia broma- ¡Vamos! Todo el mundo se ha devido de dar cuenta. ¡Qué bonito! ¿Y tú qué sientes por él?- hizo la pregunta que había estado evitando esos días.
- Pues… creo que… empiezo a quererle- confesé.
- ¿Quiéres a Danny o a Danny Jones?- preguntó, sin duda aquella pregunta tenía un doble significado.
- A Danny- determiné con seguridad.

1 comentario:

  1. vale, te lo juro que no me lo esperaba y me has dejado completamente FLIPADISIMA.
    ¿Cómo puede ser tan mono?
    ojjj enserio me encanta, me encaaanta tu fic. No tardes en subir porque estoy totalmente enganchada con solo 9 capitulos!!!!

    ResponderEliminar