domingo, 24 de abril de 2011

Capítulo 13. Puedes contar conmigo.

No podía separarme de Courtney, llevábamos cerca de una semana separadas y ya era como si llevásemos un mes sin vernos. La quería demasiado, más de lo que yo me imaginaba, y la necesitaba constantemente a mi lado. Tal y como le había explicado a Tom ella me había cuidado durante los dos últimos años, desde que mis padres habían decidido irse a vivir su vida de viaje en viaje.
-Papá y mamá vinieron a Londres hace unos días- me informó después de hablar con todo detalle sobre lo que había sucedido entre Danny y yo.
-Genial… - dije con tono amargo. Cada vez que empezaba a hablar sobre ello me enfadaba más y más, era un tema sobre el que no quería hablar.
Así que fue un alivio cuando por fin volví a ver a Danny a la hora de comer. Me abrazó durante unos segundos y de nuevo me sentí bien. Comimos todos juntos como cada día pero la mesa había incrementado en unas cuantas personas. Blake me había presentado a su mejor amiga Alice, que era exactamente igual que ella. Y aunque yo quería cerrar el tema de mis padres parecía que ellos preferían tenerlo presente en todo momento. Danny me separó del grupo cogiéndome de las muñecas y llevándome por pasillos desconocidos del hotel.
-Me ha dicho Courtney que te has enfadado- dijo mientras se apoyaba sobre la pared, me acerqué a él lo máximo que pude con intención de besarle.
-No me he enfadado…- mentí con tono de broma.
-¿Por qué no quieres hablar nunca con tus padres?- preguntó directamente. Agarrados de la mano nos sentamos en el suelo del pasillo, apoyé la cabeza en su hombro y suspiré.
-Me siento… traicionada-intenté explicar- me jode saber…
-No digas palabrotas- me regañó y consiguió sacarme una sonrisa.
-Saber que ya no van a estar en el aeropuerto cuando vuelva de viaje de fin de curso, no estuvieron en mi graduación, ni siquiera saben que me gustas…- me quejé.
-Entiendo que sea duro para ti... pero no puedes les evitar toda la vida, algún día tendrás que plantarles cara y decirle todo lo que te duele de ellos- me advirtió- y en cuanto a eso último… yo sé que te gusto, con eso basta, créeme.
Si la vida era tan sencilla como a mi me parecía que era en ese momento me hubiera quedado allí todo el tiempo que fuera necesario para sentirme tan bien como me sentía pues su cuerpo era el mayor de mis refugios, era todo lo que necesitaba.
-Sabes que puedes contar conmigo- dijo con sinceridad y después me dio y pequeño beso en los labios.
-Lo sé y no sé cómo he podido estar toda mi vida sin ti- condesé y a continuación le besé con toda la fuerza que pude.
El primer fin de semana allí pasó muy rápido con los nuevos visitantes. En la tarde del sábado les enseñamos los alrededores del jardín. Caminamos durante horas por los jardines que estaban en la parte posterior del hotel, nos sentamos durante unos minutos en la fuente que estaba en el centro de un pequeño laberinto formado por setos más altos que nosotros y perfectamente podados. Después nos dirigimos hasta una casa de cabaña que tenía una pequeña cuadra con dos caballos, uno de color negro y el otro completamente blanco. Estuvimos con la dueña de los caballos que había llegado un poco antes que nosotros para ver a sus caballos y la ayudamos a cepillarlos.
Me encantaba aquella sensación en las manos mientras pasaba el cepillo por la piel del caballo negro, cuyo nombre desconocía, mientras que Blake peinaba la crin del caballo. Tom hablaba atentamente con la mujer y Danny, Dougie y Harry hacían tonterías alejados de los caballos.
Después de aquella visita caminamos hacia los jardines del hotel que estaban bastante retirados de las cuadras donde habíamos estado. Fuera ya empezaba a bajar la temperatura y Danny me dejó la chaqueta que se había llevado debajo de su camiseta de manga corta.
Courtney y yo anduvimos juntas junto a Blake y Alice. El camino de regreso al hotel se hizo más largo y fue un alivio poder descansar en los sillones del vestíbulo, pero el descanso no duró demasiado pues tuvimos que subir a cenar antes de que cerraran el restaurante hasta la mañana siguiente. Estaba muerta de hambre así que repetí el segundo plato y comí rápidamente como si se me fuera la vida en ello, así que no fue de extrañar que pasara el resto de la noche con pesadez de estómago.
Desde que terminamos de cenar hasta que nos fuimos a la cama permanecimos en la sala de juegos de la planta cero del hotel. Dougie y Harry estuvieron jugando a carreras de coches como dos niños pequeños, Danny se animó con el baile y competimos en la máquina de bailar y aunque era una completa inútil para esas cosas conseguí ganarle. Y para terminar acabamos sentados en el suelo y sobre los juegos hablando de cualquier cosa.
No quería dormir y perder tiempo, era algo que llevaba pensando durante toda la mañana, pero saber que Courtney se iba a ir por la tarde me hacía pensar que dormir era una auténtica tontería así que permanecía en la cama con mi hermana, ella dormida y yo con los ojos muy abiertos mirando hacia el techo. Necesitaba a alguien con quien hablar y pasar la noche, primero, por supuesto, pensé en Danny, pero él estaría dormido y no quería molestarle. Me imaginé su rostro dormido sobre la almohada, con esa cara tonta tan adorable que tenía, me imaginé tumbarme a su lado, que me pasara un brazo por la cintura y poder dormir los dos juntos, pero todo eran imaginaciones y de ese modo conseguí olvidarme de mi preocupación por el tiempo y me quedé tan profundamente dormida como Courtney.
El día siguiente amaneció despejado, pero algunas nubes completamente blancas amenazaban con tapar por momentos al sol. Nos levantamos cansados y se notó el gran sueño que había en general en el desayuno. Danny no podía ni abrir los ojos así que sólo me besó en los labios y después siguió sirviéndose la comida. Aquella era la última mañana para estar con Courtney y la quería aprovechar bien. Los chicos propusieron pasar el día allí y después esperar a que el coche que las llevaría al aeropuerto llegara.
Por mucho que yo quisiera ese momento llegó y me sentí triste por tener que separarme de Courtney. Me aseguré de que ella le dijera todo lo que tenía dentro a los chicos y después nos despedimos, la abracé con todas mis fuerzas y después la dejé que se montara en el coche asegurándola que estaría bien. “Genial, aquí estoy mejor que en ningún lugar en el mundo” pensé. Esto sucedió al empezar la tarde así que Danny aprovechó para darme una sorpresa de última hora.
-Danny, ¿a dónde vamos?- pregunté mientras bajábamos al aparcamiento. Él había contratado un Jeep en la recepción del hotel.
-Es una sorpresa- dijo mientras me conducía hasta el coche.
-Tú y tus sorpresas…- dije con tono frustrado.
-Dime que no te gustan mis sorpresas- me pidió riendo.- Tardaremos poco- aseguró.
-Eso espero…
El camino que hicimos con el coche era el mismo que el que habíamos hecho la noche anterior cuando íbamos caminando. En el fondo prefería no pensar cuál era la sorpresa pero no podía impedirme dejar de pensar en ello. Cuando llegamos, reconocí el lugar de inmediato, eran las cuadras del día anterior y no podía creerme que me hubiera llevado allí.
-Espero que te guste montar a caballo- dijo mientras bajábamos del coche.
-Claro que me gusta- respondí feliz cerrando la puerta del Jeep.

1 comentario:

  1. Ay dioooooooooos *-* me he puesto a leerlo ahora y me encanta:3
    Creía que no te seguia, -en el twitter- y ya te seguia...xDDD Tengo memoria pez, lo siento hahaha.
    Awwwwwwwwwww *-* la lleva a montar a caballo? *3*
    Me lo como :'')
    Pués eso! Que me encanta!
    Y sube pronto cap. porrrrrrfis.
    Un beso<3

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